I. Datos del Texto
Título: El Efecto Mozart
Capítulo: 2 – “El sonido y la escucha”.
II. Resumen
El sonido y la escucha
La anatomía
del sonido, la audición y la escucha
A mediados de
los años ochenta comienza a recibir montones de llamadas telefónicas de
personas de todo el país interesadas en la forma como la música cura.
Estimulado por estas inquietudes, en 1988 fundó el Instituto de Música, Salud y
Educación, en Boulder. Para comenzar con los rudimentos explicó a sus alumnos
que el sonido es energía que se puede organizar en formas, figuras,
comportamientos y proporciones matemáticas, así como en música, habla y
expresiones de sufrimiento y dicha.
El sonido viaja
en ondas por el aire y se mide en frecuencias y en intensidades. La frecuencia
(número de oscilaciones o ciclos del movimiento ondulatorio por unidad de
tiempo) es la que da la altura o tono del sonido, y se mide en hertzios; un
hertzio equivale a una oscilación o ciclo por segundo en que vibra la onda.
Cuanto mayor es la altura más rápida es
la vibración, y cuanto más bajo es el sonido, más lenta es la vibración. Las
ondas sonoras muy bajas son mucho más largas y ocupan una enorme cantidad de
espacio. Un oído normal puede detectar sonidos desde 16 hasta 20.000 hertzios.
El umbral de audición varía de cultura en cultura y de ambiente en ambiente.
La intensidad, o
potencia o volumen, del sonido se mide en decibelios. Y Otra característica
importante del sonido es su timbre, es decir, la calidad de una voz o
instrumento que lo distingue de otros, al margen de la altura o intensidad. No
hay ninguna escala científica para medir el timbre, aunque es principalmente
una función de la forma de la onda.
La forma del sonido: El sonido tiene muchas propiedades misteriosas. Es capaz, por
ejemplo, de generar figuras y formas físicas que influyen en nuestra salud,
conciencia y comportamiento diario. Las formas y figuras que se pueden crear
con el sonido son infinitas y se pueden variar simplemente cambiando la altura,
los armónicos del tono y el material que vibra.
El ruido molesta: El
sentido de la audición es algo que damos por descontado; sin embargo, hay
muchas amenazas a la recepción correcta del sonido, amenazas que provienen
sobre todo de los ruidos ambientales. Los múltiples sonidos están provocando la
pérdida de audición, esto se debe a variadas causas, entre ellas, los
conciertos de rock, ruidos ambientales, auriculares personales, entre otros. Algunas investigaciones realizan
la conexión de que a mayor ruido menor es la audición.
Audición, dieta, ambiente: Lo que comemos y el lugar donde vivimos también pueden afectar a la
audición. Los estudios científicos han comenzado a confirmar la importante
relación entre dieta y audición, llegando a la conclusión de que las personas
que hacen una dieta pobre en grasas y colesterol tenían mejor irrigación
sanguínea en los oídos y en consecuencia oían mejor. Además, una investigación
realizada por Tomatis señala que el clima y los factores medioambientales
también influyen en la audición.
Oír con el cuerpo
No es necesario
oír para escuchar. Varios de los más fabulosos oyentes y músicos de la historia
han sido sordos. Aunque no podían oír con los oídos, eran capaces de percibir
las configuraciones rítmicas en las vibraciones que sentían en las manos,
huesos u otras partes del cuerpo. Entre ellos destacan; Hellen Keller, Glennie
y Boudi Foley.
El arte de escuchar: La forma como percibimos y procesamos los sonidos de la naturaleza y
de la voz humana es como mínimo tan importante como el timbre o tono de los
propios sonidos. Escuchar bien, es decir, todo el espectro de sonidos del mundo
que nos rodea, nos permite estar totalmente presentes en el momento.
Desarrollar una buena escucha es un tema central de este libro y el secreto
para acceder al efecto Mozart. Existe la diferencia entre escuchar y oír. En
relación a oír, que es la capacidad de recibir información auditiva por los
oídos, piel y huesos, escuchar es la capacidad de filtrar, de centrar la
atención selectivamente, recordar y responder o reaccionar a los sonidos.
Gimnasia para el oído
Tomatis observó
que la pérdida de audición suele tener causas psíquicas, incluso ha sugerido
que los niños que han sufrido graves malos tratos y que desarrollan
personalidades múltiples se han creado voces interiores que los protejan de los
sonidos de los adultos abusivos. Esta capacidad de excluir sonidos puede ser
algo muy positivo. Al fin y al cabo, el oído perfecto no es supersensitivo, no
recibe todos los ruidos. El oído perfecto es más bien selectivo, capaz de pasar
en una millonésima de segundo de una aceptación pasiva a una conciencia activa,
dirigida, que es precisa y se concentra en la información sónica y el lenguaje.
Para ayudarnos a
reafinar la audición y lograr el equilibrio correcto, Tomatis ha inventado un
aparato que él llama Oído Electrónico. Este aparato tecnológico mejora la
escucha y la discriminación de sonidos exponiendo al oyente a un continuo de
sonidos que se han filtrado para eliminar las frecuencias bajas. Lo han usado
educadores y médicos, explicando que es
posible corregir un problema de escucha o aprendizaje estimulando los músculos
del oído medio, en donde comienza la distinción entre escucha y audición. El
Método Tomatis utiliza grabaciones filtradas de música de Mozart, canto
gregoriano y voz humana, de alta frecuencia. Los sonidos no son musicales ni
hermosos; son sonidos, no música.
Vitamina C
sónica: Tomatis cree que las frecuencias más altas,
aunque sea en pequeñas dosis,
contribuyen a activar el cerebro y aumenta la atención; es una especie de
vitamina C sónica.
Esto lo
evidencia con casos de pacientes después de unas dos horas de escuchar música
de Mozart con el Oído Electrónico, oyen sonidos que no reconocían antes.
Oído derecho, oído izquierdo
Así como los
hemisferios cerebrales derecho e izquierdo actúan de modo diferente, lo mismo hacen
los oídos. Cuando la persona recibía sonidos de vocales claros y vivos por el
oído derecho, su voz se hacía más fuerte, adoptaba una postura más erguida y se
le reducía el estrés, mientras que si el mismo sonido se dirigía a su oído
izquierdo, a veces le alteraba el tono de la voz y disminuía su atención. Sin
embargo, el oído izquierdo percibía las emociones y tonos bajos igual que el
oído derecho. Estos hallazgos tienen muchas aplicaciones prácticas.
Oír, oír: Este ejercicio sirve para comprender la importancia de ser capaz de
distinguir entre sonidos y para determinar cuál es el oído escuchador
dominante. Tomatis nos anima a escuchar más activamente todo el espectro de los
sonidos del mundo que nos rodea.
Escucha y postura
En cuanto a la
naturaleza del oído, la función del cerebro, la relación entre el oído y el desarrollo
de la escritura a mano, las células y los órganos del oído generan los impulsos
del movimiento, reacción que ha ido evolucionando junto con el oído desde las
primeras formas de medusa hasta llegar a la conciencia humana. El oído
coreografía el baile de equilibrio, ritmo y movimiento del cuerpo.
Ejercicio de
escucha
Se menciona un
ejercicio, aunque no hay ninguna respuesta «correcta», sorprenderá comprobar
cómo la luz, la postura y las otras variables influyen sutilmente en la
escucha. La sala de conciertos ofrece otro punto de reunión para la escucha
flexible, pero no tal vez en su actual encarnación. Muchos han augurado la
desaparición de las orquestas sinfónicas, alegando que hemos creado museos
musicales en lugar de auditorios vivos (auditorio quiere decir sala para
escuchar, de la raíz latina audio).
El sonido de agitar una mano
El rito del
aplauso es una abominación auditiva, al menos en la sala de conciertos. Los
aplausos disipan de inmediato los poderes de la música que han ido
intensificándose en el cuerpo y llegan a la cima al final de la interpretación.
Batir palmas
tiene su utilidad: es una buena manera de integrar los
hemisferios cerebrales izquierdos y derecho, ya que las manos se encuentran en
la línea media del cuerpo, creando armonía entre la percepción racional y la
estética.
Dos arpas al unísono
No hay que
subvalorar el poder de la escucha. Escuchar es vibrar junto con otro ser
humano.
Los científicos
han descubierto que los bebés perciben los sonidos musicales igual que los
adultos, y prefieren los tonos armoniosos a los chillones o disonantes. En un
estudio realizado con 32 bebés de cuatro meses, los investigadores les hicieron
oír selecciones de canciones folclóricas europeas no conocidas en Estados
Unidos.
Se tocaron
versiones consonantes de las mismas melodías; mientras escuchaban las melodías
más armoniosas, los bebés estaban más atentos y menos nerviosos o fastidiosos.
Cuando tocaban las versiones disonantes, muchos gimoteaban o volvían la cara
para no tener el altavoz dirigido al oído. Tengamos o no la suerte de poder
acceder a un Centro Tomatis o a una sala de conciertos de vanguardia, el primer
paso para escuchar bien es escuchar con la actitud maravillada de un niño.
Gandhi, uno de los oyentes más pacientes de la historia, nos recuerda:
«Si tenemos
oídos que escuchan, Dios nos habla en nuestro idioma, sea cual sea el idioma».
III. Breve Comentario Personal.
De las ideas
expuestas en el texto quiero rescatar una, dado
que como futuros docentes
debiésemos ser capaces de transmitir a nuestros alumnos el enseñar a un niño a
escuchar, a prestar atención a la inflexión de la voz y a poner dentro de un
contexto los sonidos del habla. Esto es porque en el mundo acelerado en el cual
vivimos es una habilidad poco desarrollada, y además si no saben escuchar es
posible que no logren progresar en la adquisición de habilidades más complejas.
Nataly Yañez
El Efecto Mozart
planteado por Tomatis en el capítulo “el
habla y la escucha” utiliza grabaciones filtradas de música de Mozart,
canto gregoriano y voz humana, de alta frecuencia, donde los sonidos no son
musicales ni hermosos; son sonidos, no música. Me parece de gran importancia
porque se menciona que puede curar enfermedades, de depresión, angustia, etc.,
incluso es utilizado en estudios de bebes, los que arrojan resultados muy
positivos en el ámbito sensorial, auditivo y cognitivo, por lo que debiese
considerarse en terapias de pacientes, por ejemplo con aislamiento social donde
se da paso a una nueva sensación de conexión con los demás.
Elizabeth Flores
IV. Recursos
Método Tomatis
Mozart para veves
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