miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ficha 11: El Efecto Mozart


I. Datos del Texto
Título: El Efecto Mozart
Autor: Don Campbell              Año:      1998             Editorial: Urano
Capítulo: 2 – “El sonido y la escucha”.

II. Resumen
El sonido y la escucha
La anatomía del sonido, la audición y la escucha
A mediados de los años ochenta comienza a recibir montones de llamadas telefónicas de personas de todo el país interesadas en la forma como la música cura. Estimulado por estas inquietudes, en 1988 fundó el Instituto de Música, Salud y Educación, en Boulder. Para comenzar con los rudimentos explicó a sus alumnos que el sonido es energía que se puede organizar en formas, figuras, comportamientos y proporciones matemáticas, así como en música, habla y expresiones de sufrimiento y dicha.
El sonido viaja en ondas por el aire y se mide en frecuencias y en intensidades. La frecuencia (número de oscilaciones o ciclos del movimiento ondulatorio por unidad de tiempo) es la que da la altura o tono del sonido, y se mide en hertzios; un hertzio equivale a una oscilación o ciclo por segundo en que vibra la onda. Cuanto mayor es la  altura más rápida es la vibración, y cuanto más bajo es el sonido, más lenta es la vibración. Las ondas sonoras muy bajas son mucho más largas y ocupan una enorme cantidad de espacio. Un oído normal puede detectar sonidos desde 16 hasta 20.000 hertzios. El umbral de audición varía de cultura en cultura y de ambiente en ambiente.
La intensidad, o potencia o volumen, del sonido se mide en decibelios. Y Otra característica importante del sonido es su timbre, es decir, la calidad de una voz o instrumento que lo distingue de otros, al margen de la altura o intensidad. No hay ninguna escala científica para medir el timbre, aunque es principalmente una función de la forma de la onda.
La forma del sonido: El sonido tiene muchas propiedades misteriosas. Es capaz, por ejemplo, de generar figuras y formas físicas que influyen en nuestra salud, conciencia y comportamiento diario. Las formas y figuras que se pueden crear con el sonido son infinitas y se pueden variar simplemente cambiando la altura, los armónicos del tono y el material que vibra.
El ruido molesta: El sentido de la audición es algo que damos por descontado; sin embargo, hay muchas amenazas a la recepción correcta del sonido, amenazas que provienen sobre todo de los ruidos ambientales. Los múltiples sonidos están provocando la pérdida de audición, esto se debe a variadas causas, entre ellas, los conciertos de rock, ruidos ambientales, auriculares personales,  entre otros. Algunas investigaciones realizan la conexión de que a mayor ruido menor es la audición. 
Audición, dieta, ambiente: Lo que comemos y el lugar donde vivimos también pueden afectar a la audición. Los estudios científicos han comenzado a confirmar la importante relación entre dieta y audición, llegando a la conclusión de que las personas que hacen una dieta pobre en grasas y colesterol tenían mejor irrigación sanguínea en los oídos y en consecuencia oían mejor. Además, una investigación realizada por Tomatis señala que el clima y los factores medioambientales también influyen en la audición.
Oír con el cuerpo
No es necesario oír para escuchar. Varios de los más fabulosos oyentes y músicos de la historia han sido sordos. Aunque no podían oír con los oídos, eran capaces de percibir las configuraciones rítmicas en las vibraciones que sentían en las manos, huesos u otras partes del cuerpo. Entre ellos destacan; Hellen Keller, Glennie y Boudi Foley.
El arte de escuchar: La forma como percibimos y procesamos los sonidos de la naturaleza y de la voz humana es como  mínimo tan  importante como el timbre o tono de los propios sonidos. Escuchar bien, es decir, todo el espectro de sonidos del mundo que nos rodea, nos permite estar totalmente presentes en el momento. Desarrollar una buena escucha es un tema central de este libro y el secreto para acceder al efecto Mozart. Existe la diferencia entre escuchar y oír. En relación a oír, que es la capacidad de recibir información auditiva por los oídos, piel y huesos, escuchar es la capacidad de filtrar, de centrar la atención selectivamente, recordar y responder o reaccionar a los sonidos.
Gimnasia para el oído
Tomatis observó que la pérdida de audición suele tener causas psíquicas, incluso ha sugerido que los niños que han sufrido graves malos tratos y que desarrollan personalidades múltiples se han creado voces interiores que los protejan de los sonidos de los adultos abusivos. Esta capacidad de excluir sonidos puede ser algo muy positivo. Al fin y al cabo, el oído perfecto no es supersensitivo, no recibe todos los ruidos. El oído perfecto es más bien selectivo, capaz de pasar en una millonésima de segundo de una aceptación pasiva a una conciencia activa, dirigida, que es precisa y se concentra en la información sónica y el lenguaje.
Para ayudarnos a reafinar la audición y lograr el equilibrio correcto, Tomatis ha inventado un aparato que él llama Oído Electrónico. Este aparato tecnológico mejora la escucha y la discriminación de sonidos exponiendo al oyente a un continuo de sonidos que se han filtrado para eliminar las frecuencias bajas. Lo han usado educadores y médicos,  explicando que es posible corregir un problema de escucha o aprendizaje estimulando los músculos del oído medio, en donde comienza la distinción entre escucha y audición. El Método Tomatis utiliza grabaciones filtradas de música de Mozart, canto gregoriano y voz humana, de alta frecuencia. Los sonidos no son musicales ni hermosos; son sonidos, no música.
Vitamina C sónica: Tomatis cree que las frecuencias más altas, aunque  sea en pequeñas dosis, contribuyen a activar el cerebro y aumenta la atención; es una especie de vitamina C sónica.
Esto lo evidencia con casos de pacientes después de unas dos horas de escuchar música de Mozart con el Oído Electrónico, oyen sonidos que no reconocían antes.
Oído derecho, oído izquierdo
Así como los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo actúan de modo diferente, lo mismo hacen los oídos. Cuando la persona recibía sonidos de vocales claros y vivos por el oído derecho, su voz se hacía más fuerte, adoptaba una postura más erguida y se le reducía el estrés, mientras que si el mismo sonido se dirigía a su oído izquierdo, a veces le alteraba el tono de la voz y disminuía su atención. Sin embargo, el oído izquierdo percibía las emociones y tonos bajos igual que el oído derecho. Estos hallazgos tienen muchas aplicaciones prácticas.
Oír, oír: Este ejercicio sirve para comprender la importancia de ser capaz de distinguir entre sonidos y para determinar cuál es el oído escuchador dominante. Tomatis nos anima a escuchar más activamente todo el espectro de los sonidos del mundo que nos rodea.
Escucha y postura
En cuanto a la naturaleza del oído, la función del cerebro, la relación entre el oído y el desarrollo de la escritura a mano, las células y los órganos del oído generan los impulsos del movimiento, reacción que ha ido evolucionando junto con el oído desde las primeras formas de medusa hasta llegar a la conciencia humana. El oído coreografía el baile de equilibrio, ritmo y movimiento del cuerpo.
Ejercicio de escucha
Se menciona un ejercicio, aunque no hay ninguna respuesta «correcta», sorprenderá comprobar cómo la luz, la postura y las otras variables influyen sutilmente en la escucha. La sala de conciertos ofrece otro punto de reunión para la escucha flexible, pero no tal vez en su actual encarnación. Muchos han augurado la desaparición de las orquestas sinfónicas, alegando que hemos creado museos musicales en lugar de auditorios vivos (auditorio quiere decir sala para escuchar, de la raíz latina audio).
El sonido de agitar una mano
El rito del aplauso es una abominación auditiva, al menos en la sala de conciertos. Los aplausos disipan de inmediato los poderes de la música que han ido intensificándose en el cuerpo y llegan a la cima al final de la interpretación.
Batir palmas tiene su utilidad: es una buena manera de integrar los hemisferios cerebrales izquierdos y derecho, ya que las manos se encuentran en la línea media del cuerpo, creando armonía entre la percepción racional y la estética.
Dos arpas al unísono
No hay que subvalorar el poder de la escucha. Escuchar es vibrar junto con otro ser humano.
Los científicos han descubierto que los bebés perciben los sonidos musicales igual que los adultos, y prefieren los tonos armoniosos a los chillones o disonantes. En un estudio realizado con 32 bebés de cuatro meses, los investigadores les hicieron oír selecciones de canciones folclóricas europeas no conocidas en Estados Unidos.
Se tocaron versiones consonantes de las mismas melodías; mientras escuchaban las melodías más armoniosas, los bebés estaban más atentos y menos nerviosos o fastidiosos. Cuando tocaban las versiones disonantes, muchos gimoteaban o volvían la cara para no tener el altavoz dirigido al oído. Tengamos o no la suerte de poder acceder a un Centro Tomatis o a una sala de conciertos de vanguardia, el primer paso para escuchar bien es escuchar con la actitud maravillada de un niño. Gandhi, uno de los oyentes más pacientes de la historia, nos recuerda:
«Si tenemos oídos que escuchan, Dios nos habla en nuestro idioma, sea cual sea el idioma».

III. Breve Comentario Personal.
De las ideas expuestas en el texto quiero rescatar una, dado  que como  futuros docentes debiésemos ser capaces de transmitir a nuestros alumnos el enseñar a un niño a escuchar, a prestar atención a la inflexión de la voz y a poner dentro de un contexto los sonidos del habla. Esto es porque en el mundo acelerado en el cual vivimos es una habilidad poco desarrollada, y además si no saben escuchar es posible que no logren progresar en la adquisición de habilidades más complejas. 
Nataly Yañez

El Efecto Mozart planteado por Tomatis en el capítulo “el habla y la escucha” utiliza grabaciones filtradas de música de Mozart, canto gregoriano y voz humana, de alta frecuencia, donde los sonidos no son musicales ni hermosos; son sonidos, no música. Me parece de gran importancia porque se menciona que puede curar enfermedades, de depresión, angustia, etc., incluso es utilizado en estudios de bebes, los que arrojan resultados muy positivos en el ámbito sensorial, auditivo y cognitivo, por lo que debiese considerarse en terapias de pacientes, por ejemplo con aislamiento social donde se da paso a una nueva sensación de conexión con los demás.
Elizabeth Flores

IV. Recursos 
Método Tomatis


Mozart para veves









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